Una fiesta por la inclusión de los migrantes en una tierra con 45.600 nacidos en otros países

Una jornada intercultural promueve valores de solidaridad y acogida: «Frente a los mensajes de rechazo al diferente, el nuestro es que todos somos iguales; debemos construir una sociedad tolerante» | La larga espera en algunos trámites, de hasta año y medio, es una traba.

La Voz de Galicia. Javier Fraiz. Ourense 13 oct 2024.

Ourense es la cuna de miles de emigrantes que dejaron su casa para buscar el porvenir en otros países, a lo largo de distintas generaciones, desde el éxodo de los siglos XIX y XX hasta épocas recientes, cuando las crisis económicas y la precariedad, duros obstáculos en especial para los más jóvenes, propiciaron la fuga de talentos a otros países. En tiempos de polarización y crispación, en los que proliferan discursos xenófobos desde ámbitos de la extrema derecha, actos como el que tuvo lugar este sábado en la parroquia de Mariñamansa —promovido por su párroco, Luis Rodríguez— fomentan valores opuestos: constructivos, de concordia, fraternidad, solidaridad e inclusión.

En la provincia de Ourense, el número de residentes cuyo lugar de nacimiento es un país distinto a España asciende a 45.675, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. El colectivo supone el 15% de la población total, de 304.238 personas. En el último año, el número de nuevos ourensanos nacidos en otros países ha crecido en más de 2.600, en un porcentaje superior al 6%.

La parroquia de Mariñamansa, una de las comunidades de Cáritas más activas de la provincia, organizó una jornada intercultural en la que participaron residentes en la provincia de diferentes orígenes: República Dominicana, Venezuela, Cuba, Colombia, Argentina y Senegal, además de Galicia. El objetivo es «visibilizar el compromiso por una sociedad inclusiva, comprometida en la protección y acogida de los migrantes que llegan a nuestra tierra y con el deseo de ser acogedores con toda clase de personas, de la nacionalidad, origen, raza o creencia».

El lema de la jornada sintetizaba esos valores: «Mil colores, un solo mundo». Tras una eucaristía, cada país participó en una feria gastronómica con platos típicos de su tierra. Después de la comida, la convivencia siguió con fiesta y actuaciones musicales y folclóricas, para que la cultura, diversa, sirva de muestra de que las diferencias pueden unir.

"Como gallegos no debemos olvidarnos de que somos un pueblo emigrante"

«Estamos viviendo en Europa ciertos mensajes de rechazo al diferente y al emigrante, tenemos que lanzar un mensaje de solidaridad, fraternidad y acogida. Todos somos iguales. Nosotros como gallegos no debemos olvidarnos de que somos un pueblo emigrante», subraya el sacerdote. «Promulgamos el valor de la importancia de que aquí no hay diferencias. Han venido muchos niños y lo importante es generar un futuro para ellos, construir una sociedad tolerante e igualitaria», añade.

Según los últimos datos del INE hay unas 8.500 personas nacidas en Venezuela que residen en Ourense así como más de 2.800 de Colombia. Son, junto a Portugal —casi 6.200 habitantes en esta provincia provienen del país vecino–, los estados del extranjero de los que proceden más migrantes.

"El proceso de solicitud de asilo tiene un retraso inmenso"

Las crisis políticas, económicas y la violencia han aumentado las llegadas en los últimos años. Israel García representa a la asociación venezolana Alma Llanera. «El proceso de solicitud de asilo tiene un retraso inmenso. Perjudica para poder trabajar y cotizar, afectando a nivel de salud, educación e integración», alerta. «La espera es de casi año y medio para poder tener un permiso de trabajo», subraya. «Hay muchas personas que necesitan ayudas», completa García.

Diana Rolón forma parte de la asociación colombiana en Ourense, con cuarenta asociados y de reciente creación. «Hay gente que viene, no tiene techo ni comida, y necesitamos colaborar con ellos. Es necesario que todos nos apoyemos», señala. «La mayoría viene como turista a buscar un mejor futuro, pero es muy difícil. El principal problema es encontrar un trabajo. Para tener documentos deben esperar mucho», coincide.

El aumento de llegadas en patera a España en los últimos meses ha hecho repuntar el número de hombres, mujeres y niños de Senegal que se han instalado en España con el sueño de mejorar. Mansour es uno de los miembros del colectivo en Ourense. «Entre mayores, niños y familias podemos llegar a 500 personas», dice.

«Galicia es una comunidad muy acogedora. También fue tierra de emigración, sabe lo que significa. La gente aquí es más receptiva, hospitalaria y comprensiva con los migrantes. Se nota mucho», valora Mansour.

Al igual que los integrantes de otras comunidades asentadas en Ourense, la de senegaleses lamenta la «lentitud» de la administración para poder realizar la renovación de residencia. «Hay entre un mes y tres meses de espera solo para una cita. Una persona que renueva la documentación de un año, entre que le dan la cita y que le sale la documentación ya ha pasado la mitad de la duración del documento, y tiene que volver a empezar el proceso», expone Mansour. «Hay que agilizar las citas, sería una gran mejora para ayudar y apoyar a los migrantes».

"Que el miedo a lo desconocido se pierda"

Comidas típicas, música y bailes tradicionales animaron una convivencia entre familias a las que Ourense ha unido como lugar de acogida tras recorrer miles de kilómetros, con historias personales de superación en la memoria. «Una jornada como la de hoy permite a la gente de Galicia y de otras culturas conocernos unos a otros, para que el miedo a lo desconocido se pierda. Apoyar este tipo de iniciativas ayuda a que las culturas se integren, a que haya más convivencia, entendimiento y comprensión entre las comunidades», finaliza Mansour.