VÍA CRUCIS DE NUESTRO TIEMPO

(de Josef Dirnbeck)

"Un símbolo nace cuando algo interno, espiritual encuentra su expresión en lo externo, corporal." (Guardini).

Si es lo contrario, hablamos de una alegoría: el contenido espiritual se traduce en signos mediante la celebración.

Así ocurre con este Vía Crucis. Para cada una de la 14 estaciones de la pasión y muerte de Jesucristo, el autor busca los correspondientes puntos de referencia en las señales de peligro, de prescripción y de aviso del tráfico, moderno.

De este modo traslada de manera patente los secretos de la Salvación y de la Redención, a la vida cotidiana. La perplejidad inicial es reemplazada por una acogida interior de este Vía Crucis que se reproduce después de manera más particular.

Los textos son sencillos. Pueden ser rezados y meditados en comunidad o individualmente; son aptos para oficios de cuaresma o reuniones de grupo. Un Vía Crucis de señales que quiere llevarnos a la conversión.

I. ESTACIÓN

SENTIDO OBLIGATORIO O: JESUS ES CONDENADO A MUERTE

Ya no es posible desviarme. A partir de ahora para El ya no hay ni derecha ni izquierda. No hay más que un adelante. Tiene que tomar la dirección que le ha ordenado el juez. A la ejecución.

Era de esperar que algún día acabaría de este modo. El mismo lo había dicho. Se ha arriesgado. Conscientemente ha vivido en este sentido. Y sin embargo hasta el final había posibilidades de desviarse: Judas que no delata, Barrabás que sigue en prisión, un pueblo que se levanta, una legión de ángeles que viene.

Si hubiera existido una posibilidad de ahorrarle ir hasta el final le habría aceptado con agrado. Ha rogado por ello. Pero no hay ninguna. -Roma ha hablado. Tiene que tomar el sentido obligatorio.

 

II ESTACIÓN

VIA PREFERENTE EN TODOS LOS CRUCES O: JESUS CARGA CON LA CRUZ

Incansablemente ha predicado que la voluntad de Dios tiene preferencia. Con imágenes y parábolas ha intentado explicar lo que esto quiere decir. Ahora El mismo es el mercader que da toda su fortuna por una sola perla.

En días buenos no es difícil rezar: Hágase tu voluntad: Mientras nada se cruce en nuestro camino es fácil ceder el paso. Es en los momentos difíciles cuando suena la hora de la verdad.

La hora de la verdad ha llegado. En la noche del Monte de los Olivos la vía preferente resultó ser un Via Crucis. Ahora se verá si El realmente respeta la preferencia de la voluntad de Dios y si se somete a sus disposiciones, obediente hasta el último paso.

 

III. ESTACIÓN

FIRME IRREGULAR O: JESUS CAE POR PRIMERA VEZ BAJO LA CRUZ

El camino tiene sus dificultades. la buena voluntad sola no basta para salir airoso. Pero ya apenas le quedan fuerzas. A menudo ha habido intrigas, groserías, insultos, preguntas-cpciosas. Que bien ha sabido contestar siempre. Con palabras que se grababan. Con actos que sorprendían a todos.

De El se podía estar orgulloso. Por un pelo no le han hecho rey. El mismo lo ha impedido. Ahor todo ha cambiado. Han hecho de El un rey loco, y El tiene que aguantarlo.

El tiempo de las palabras y de los milagros ha pasado. En su lugar sufre una herida tras otra. Cuando su pue tropieza con una piedra, cae de bruces. Ningún ángel viene a sujetarle. Ahora su Majestad yace en el polvo y encima de El, su cruz.

 

IV. ESTACIÓN

PROHIBIDO PARAR O: JESUS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

El tiempo apremia. el camino tiene su propia velocidad. las visitas de parientes no están previstas en el camino a la ejecución, pero acompañar no está prohibido.

Para la Madre el Vía Crucis comenzó ya mucho antes. No pudo evitar que Él fuera al Jordán, se hiciera bautizar y captara seguidores. El no se dejó reterner y su intento por hacerle volver fracasó irremediablemente.Nunca fue fácil ser su Madre. Tuvo que aprender a resignarse que no era Ella la que determinaba lo que había entre El y Ella.

Ella lo ha conseguido, Ella lo ha entregado. No puede evitar que le maten. Pero puede acompañarle, mantener su lealtad hacia El, darle la seguridad de que el amor es más fuerte que la muerte. Aunque tal vez en su agonía tuviera la sensación de que su Padre le había abandonado, su Madre está ahí.

 

V. ESTACIÓN

PUESTO DE SOCORRO O: SIMON DE CIRENE AYUDA A JESUS A LLEVAR LA CRUZ

El ha prestado los primeros auxilios allí donde surgía. A cojos, ciegos, minusválidos, publicanos, marginados de todo tipo. A cientos ha socorrido. Ahora El mismo necesita que alguien le ayude. Pero nadie acude. Ni siquiera uno de aquellos con los que más cuenta.

Los apóstoles conocen su testamento. Su última voluntad es que cada uno ayude a llevar la carga de su prójimo. Pero en lugar de Simón Pedro, otro Simón le tiende una mano y tan sólo porqu le obligan a ello. La posibilidad dice que alguien le ayude espontáneamente no es aprovechada. Pero no está desperdiciada para siempre.

Todavía hay pobres, necesitados, enfermos, humillados y ofendidos, portadores de cruces de todo tipo. En cualquier calle. En todo el mundo. Hasta el fin de los tiempos.

 

VI. ESTACION

STOP O: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESUS

El no está solo en el mundo. Su vía Crucis sale al encuentro del Vía Crucis de todas las personas. Una mujer que ve su rostro manchado de sangre coge su sudario y se acerca a El. Por un breve momento detiene la comitiva.

Antes era El quien animaba a los cargados y fatigados. Ahora era El mismo el que está cargado y fatigado. Como yo he hecho con vosotros hacedlo también vosotros -les decía cuando les lavaba los pies a sus discípulos. Las mujeres siempre le habían comprendido antes que los apostóles. Cuando una mujer le ungió los pies con un perfume carísimo, dijeron: Para qué este desperdicio! El sin embargo supo apreciar este gesto.

Una mujer ofreció un sudario. Un gesto pequeño como una semilla de mostaza, y sin embargo encerraba un gran mensaje: Las cosas no seguirán como hasta ahora. El sufrimiento y la muerte serán borrados.

 

VII. ESTACIÓN

DESCENSO PELIGROSO O: JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ BAJO LA CRUZ

Hace tan sólo unos días aclamaban ¡Hosanna! Hoy gritan: ¡Crucifícale!

En su vida siempre había un descenso de arriba hacia abajo. Cuando vino al mundo decían: Gloria a Dios en las alturas. Ahora yace en el suelo. El no ha sido empujado a todo esto; ha recorrido su camino coscientemente tal y como lo ha hecho; ha resistido la tentación de tirarse desde el pináculo del templo; ha descendido paso a paso hasta el calvario.

En su nacimiento estaba rodeado de pastores y ovejas. Más tarde, El mismo se convierte en pastor y ahora en cordero. Ya en el bautismo se le ha llamado el Cordero de Dios. Ahora se ha cumplido. Mudo ante el esquilador. Listo para la matanza. El cordero de la ofrenda. El cordero pascual.

 

 

VIII. ESTACIÓN

DESVÍO OBLIGATORIO O: JESUS CONSUELA A LAS PIADOSAS MUJERES

El amaba a la humanidad. Le gustaba celebrar las fiestas. Sin embargo, no fue nunca sentimental. Por eso no tolera que ahora lloren por El.

Desvió las lamentaciones de las mujeres: ¡No lloréis por mí, llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos!

Las desviaciones de este tipo le importaron mucho toda su vida. Desde el primer día ha predicado: Arrepentíos, sin conversión nadie entrará en el Reino de los Cielos.

Intentaba hacer comprender a los hombres que la unión con Dios sólo se consigue tomando el desvío que lleva hacia los hermanos: No me améis a mí. Amad a vuestros semejantes.

 

IX. ESTACIÓN

CALLE SIN SALIDA O: JESUS CAE POR TERCERA VEZ BAJO LA CRUZ

Sus seguidores esperaban que madara a los romanos al diablo y que volviera a hacer del pueblo torturado un reino orgulloso. El ha reconocido esta esperanza como una calle sin salida.

Las calles sin salida sólo se superan dando la vuelta. Por eso ha predicado la conversión. A todo le ha dado la vuelta, todo lo ha puesto patas arriba. El hijo de David no lucha con los métodos del Rey David. El dice: Envaina la espada!

El exige: ¡Toma la cruz!

Pero aparentemente no tuvo éxito con sus máximas. Ni siquiera en el círculo de los más íntimos. Sus colaboradores son débiles y cobardes. Ni tan siquiera pueden velar una hora. Continuamente caen vencidos por el sueño. También El ha caído ya tres veces. Aunque su espíritu es fuerte su carne se vuelve más débil en cada caída.

 

X. ESTACIÓN

PRESELECCIÓN DE CARRIL O: JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

El no es el único que en este Viernes Santo está llevando la cruz al Gólgota. Pilatos ha condenado a otros dos. En ellos encontraba culpa.

Ahora hay que elegir el carril. Uno colgará a su derecha, el otro a su izquierda.

El ya escogió su carril hace tiempo. El sabe que la voluntad de Dios es abandonarse ahora a la voluntad de los hombres. El sabe lo que debe hacer. Los soldados no saben lo que hacen. Tratan al Cordero de Dios como a una res.

Le despojan de sus vestiduras. Su túnica es un codiciado botín para los jugadores de dados.

La corona de espinas se la dejan a El, al desnudo Rey de los judíos.

 

XI. ESTACIÓN

SENTIDO ÚNICO O: JESUS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Ha llegado a la calle de sentido único.

Lo inevitable se aproxima cada vez más.

El esperar el cáliz que ha de beber. El antídoto obligado lo rechaza.

Desde su detención ha recibido infinidad de puntapiés, ha sentido el garrote de los soldados, fue azotado, coronado de espinas. Ya tiene mil heridas. Ahora recibe las últimas, las peores.

Le clavan. Le elevan. El poste y el travesaño forman una cruz. Le maldicen, El bendice. Con las manos abiertas, colgado entre el cielo y la tierra

 

 

XII. ESTACIÓN

ESTRECHAMIENTO O: JESUS MUERE EN LA CRUZ

El camino se estrecha de manera alarmante. La última etapa es la más difícil. No se puede volver atrás, no hay posibilidad de maniobrar. Tiene que pasar por este estrechamiento.

Tres horas dura su agonía. Llena de malicia la chusma observa cómo sufre. Le invitan a probar la existencia de Dios: Si eres el hijo de Dios, baja de ahí.

El no baja, reza por los que le matan.

La gente no comprende que esto constituye una prueba aún más fuerte que la que ellos esperan. Pero el romano sí lo entiende. El jefe del pelotón de ejecución dice: ¡Este realmente es el Hijo de Dios! Estrechamiento de la impotencia. Estrechamiento de la entrega. Estrechamiento del amor. Encarnación hasta el fondo. Ahora todo está consumado.

 

XIII. ESTACIÓN

AL APARCAMIENTO O: JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ

Aparcar ya no está prohibido. La parte más pesada del viaje ha llegado ha su fin. Ahora viene el reposo. Toda su vida ha estado en camino. No tenía Hogar. Cualquier zorro tiene su guarida, cualquier pájaro su nido.

El sólo tenía aparcamientos.

Un establo, un pesebre, las manos de su Madre. El desierto, el monte, una barca en el lago. Por último el asno adornado con palmas , el Monte de los Olivos, la cruz.

Ahora de nuevo las manos de su Madre. Sus dolores han acabado. Ya sólo lloran los amigos. Entierran al Muerto, no a la Esperanza.

También la tumba es sólo un aparcamiento, no una terminal.

 

XIV. ESTACIÓN

FIN DE TODAS LAS PROHIBICIONES O: JESUS ES SEPULTADO

Las prohibiciones del trayecto de la vida han llegado a su fin. Ahora comienza un nuevo viaje. La ascensión para El, para sus discípulos el Vía Crucis.

El sepulcro no es el lugar del reposo eterno. No es la meta sino el punto cero, el punto de partida para lo Nuevo.

Los hombres de Galilea miran asombrados hacia el cielo, miran valientes hacia adelante. Rezan y trabajan para que llegue el Reino que no es de este mundo. Para El, el tramo de prohibición ha terminado por su carril comienzan nuevas calamidades. Averías, accidentes, desprendimientos. Obras, animales sueltos, firme deslizante. Circulación giratoria, badén, curvas peligrosas. Pero también estaciones de servicio y puestos de socorro.

Fin de todas las prohibiciones y nuevas señales de peligro, hasta que todos lleguen a la conversión.