EL  RAMO  DE  COLORES
(Escena de Navidad)

 

            (Un Portal al lado del altar en donde están colocados la Virgen y el Niño. Eleacín, un pastor pobre, duerme apoyado en la mesa del altar. Delante del altar en la escalinata, se colocan, sentadas las distintas Flores. Aparece la Estrella Blanca escondida detrás de la sede, con una  barita mágica en forma de estrella. Se acerca a Eleacín y le da dos golpecitos en la cabeza)

 

Eleacín:        - ¡Qué sueño tengo! Déjame dormir un poco más, que ayer me quede haciendo quesos hasta muy tarde. Pastor, Simón, aún no ha amanecido y ya quieres que me ponga a trabajar. (La Estrella vuelve a darle dos golpecitos con la vara) ¡Ya voy! ¡Uy! ¡Qué luz tan bonita! ¿Quién eres?

Estrella:        - Soy la estrella más brillante del Cielo. Me manda Dios para deciros a los pastores que ha nacido, aquí cerquita, un Niño precioso. Su Madre, con cara de buena, se llama María.

Eleacín:        - ¿Y qué tengo que hacer?

Estrella:        - Pues, levantarte e ir a verlo

Eleacín:        - Pero tendré que llevarle algo

Estrella:        -Claro, como todos

Eleacín:        - Es que yo soy muy pobre, Trabajo para el pastor Simón,  que sólo me puede dar de comer un cacho de pan con queso

Estrella:        - Bueno, pues vamos al campo y cogemos unas flores. A María le gustan mucho.

            (Se separan del altar y van  a los escalones, donde están colocadas las Flores. En ese momento salen de la sacristía, por ambas puertas, los Ángeles vestidos de los mismos colores de las flores.  Se colocan a los lados del Portal)
            (Eleacín y la Estrella se acercan a la Margarita Amarilla)

Eleacín:        - ¡Mira! Una Margarita  Amarilla. Es el color que más me gusta

Estrella:        - Claro, porque te recuerda la Alegría que siempre tienes

Margarita Amarilla:   (Eleacín le da la mano para levantarla. Se ríe)
- ¡Que me haces cosquillas!

            (En ese momento el Ángel Amarillo grita tres veces: “¡Gloria a Dios”!)

 

            (Eleacín se acerca a una Margarita Azul)

Eleacín:        - ¿Me dejas que te arranque? A lo mejor te duele.

Margarita Azul:       - No me importa. Le va a gustar a un Niño que ha venido del Cielo, y a su Madre

Estrella:        - Te pareces a mis hermanas estrellas que siempre  obedecen.

(Los Ángeles Amarillo y Azul gritan tres veces: “¡Gloria a Dios en el Cielo”!)
            (Eleacín lleva de la mano a Margarita Amarilla y Azul)

 

Elacín:           - Estrella, tu que tienes más gusto que yo, ¿qué te parece si , entre las margaritas, ponemos unas Hierbas Verdes? Hay muchas

Estrella:        - ¡Muy bonito! Es como la Amistad que tiene que estar siempre entre nosotros

Hierba Verde:         - Yo siempre caigo bien entre las flores

(Las Hierbas pueden ser varias. Las Flores y las Hierbas se dan la mano formando un corro. Eleacín tira de ellas. Los Ángeles Amarillo, Azul y Verde gritan tres veces: “¡Gloria a Dios en el Cielos y en la Tierra”!

Margarita Blanca:  - ¡A mí! ¡A mí!

Eleacín:        - Bueno. Te pareces a mi amiga Estrella. Ven.

Estrella:        - El blanco siempre nos recuerda la Paz. Me dijeron en el Cielo, que al Niño recién nacido no le gustan las peleas.

(Se deja un sitio a Margarita Blanca que se incorpora al corro de las Flores)
(Los Ángeles Amarillo, Azul, Verde y Blanco gritan tres veces: “¡Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra Paz”!)
(Pasan por delante de un Cardo con espinas)

Cardo Marrón:        - ¡Eleacín!  ¡A mí! ¡A mí!

Eleacín:        - Ni hablar. ¡Tú pinchas!, y además, has perdido el color.

Cardo Marrón:        - Por fa… Llévame contigo. Te prometo que a las flores no las voy a pinchar. Mis espinas son para tus cabras que me quieren comer.

Estrella:        - Pobre Cardo. Cuando se estropeen las flores, el sigue en el florero.
Eleacín:        - Bueno, te llevo porque me lo pide esta Estrella tan bonita… que si no...

Cardo Marrón:        - …que si no…me darías un palo, como haces siempre.

Eleacín:        - Hoy no es día de palos. Coge a la Hierba Verde de la mano… ¡Con cuidadito!

(Los Ángeles de colores, sumándose el Marrón gritan tres veces: “¡Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres”!
            (Eleacín arrastra el corro de flores y se acerca a la Amapola)

Eleacín:        - Estrellita, ¿te has fijado en esa Amapola Roja? Es la que más se la nota. Es un poco presumida, con su lunar negro en el centro.

Estrella:        - Dios la puso entre las  espigas de trigo para que os recordara el             Corazón. Nos tenemos que querer todos mucho.

Amapola:      - ¡No podía faltar mi color! Sin Amor no nacen niños.

(Todos los Ángeles gritan tres veces: “¡Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor”!)
            (Se aprietan todas las Flores cerrando el corro)

Eleacín:        - ¡Qué ramo tan bonito!

Estrella:        -  Vamos al Portal, que yo sé dónde está.

(La Estrella se adelanta. Le sigue Eleacín que lleva de la mano el corro de Flores. La estrella se sube encima del Portal, por una escalera disimulada. Eleacín se acerca a la Virgen. Las Flores le hacen un arco a Eleacín, sentadas en el suelo)

Eleacín:        - María. Esa simpática Estrella que tienes encima, me ha dicho que tu  Niño precioso y sonriente, es el que va a traer la Paz al mundo. ¡Falta nos hace! Como yo soy muy pobre, he salido al campo con mi amiga la Estrella y te he cogido estas Flores. ¿Te gustan? (La Virgen hace un gesto afirmativo) ¿A qué te huelen?

María:                        - A Alegría, a Amistad, a Paz, a Cariño, a Perdón

Eleacín:        - Bueno, pues son para Ti, y para tu Hijo.

María:                        - Con esos colores podemos pintar un mundo más bonito

Eleacín:        - Por cierto ¿Cómo se llama tu Hijo?

María:                        - Jesús

 

Eleacín:        - Jesús, cuando crezcas un poco más, te voy a enseñar a ser Pastor, pero ¡de los buenos! ¿Me dejas darle un beso? (Se acerca y le besa)

María:                        - Tengo un regalo para ti y tus amigos del Colegio N. N. Mira; coge ese cestillo. ¿Qué hay? (Un cesto con pegatinas de estrellas  de la campaña “Sembradores de estrellas”)

Eleacín:        - Un montón de estrellas de colores. ¿Para qué son?

María:                        - Para que los Ángeles de Dios se las pongan a todos tus amigos en la                                     frente

Eleacín:        - ¡Que bien! Así pintaremos de color todos los rincones tristes y sucios.

            (Los Ángeles de Colores cogen las pegatinas de estrellas, se van a la escalinata y van poniéndolas en la frente a todos los que se acercan.  Los niños, con la estrella pegada en la frente pasan por delante del Portal para  ver a la Virgen y al Niño. Eleacín se coloca, a modo de S. José, junto  a la Virgen y las Flores alrededor)